Panamá
El papa León XIV visitó Panamá entre 2005 y 2013, reforzando comunidades agustinianas y dejando un legado de cercanía pastoral antes de ser elegido pontífice.
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Por: Equipo de redacción
La reciente elección del papa León XIV ha despertado un renovado interés sobre su trayectoria pastoral, especialmente en América Latina.
Aunque muchos lo conocen por su papel en la Iglesia desde Europa, pocos saben que Panamá fue uno de los países donde dejó huella durante años de trabajo misionero antes de ser elegido como Sumo Pontífice.
Entre 2005 y 2013, el entonces obispo realizó visitas a distintas regiones de Panamá, donde compartió con comunidades religiosas y fieles, reforzando el compromiso espiritual de la Orden de San Agustín. Su estilo pastoral, centrado en la cercanía, la formación y la reconciliación, quedó grabado en la memoria de quienes lo conocieron.
Durante su labor en el continente, el ahora papa León XIV realizó varias visitas canónicas a casas y parroquias agustinianas en diversas provincias panameñas. En Chiriquí, visitó el Colegio San Agustín de David y el Centro Misional Jesús Obrero en Tolé, donde compartió jornadas formativas y encuentros con líderes comunitarios.
También hizo presencia en la Parroquia Nuestra Señora del Rosario en Chitré y en la Catedral de Penonomé, así como en comunidades de La Chorrera y la ciudad de Panamá. En la capital, visitó parroquias como Nuestra Señora de los Ángeles, Santa María la Antigua y la comunidad de Villa Zaita en San Miguelito.
Estas visitas fortalecieron los vínculos entre la comunidad agustiniana y los fieles, promoviendo el diálogo, la unidad y la formación teológica.
Además de las visitas pastorales, León XIV participó en eventos eclesiásticos de gran relevancia para la región. Uno de los más recordados fue la ordenación episcopal de monseñor José Domingo Ulloa, actual arzobispo de Panamá. Asimismo, asistió a encuentros de la Organización de Agustinos de Latinoamérica (OALA), los cuales usaban a Panamá como punto estratégico para reuniones continentales.
En todos estos espacios, demostró un profundo compromiso con la formación de los religiosos y la renovación espiritual de la Iglesia. Su visión conciliadora y su disposición para el diálogo fueron cualidades resaltadas por sus colegas, como el vicario regional Carlos de la Cruz.
La experiencia del papa León XIV en Panamá es testimonio de su vocación pastoral arraigada en la cercanía y el servicio. Más allá de los actos formales, su capacidad de escucha, su interés por la formación continua y su espíritu de unidad han dejado huellas que perduran en las comunidades que visitó.
Estos años en Panamá no solo prepararon el terreno para su rol dentro de la Iglesia universal, sino que también revelan una dimensión humana y accesible del pontífice, alejada de protocolos y cercana a la gente.
El paso del papa León XIV por Panamá antes de su elección es una muestra de cómo el liderazgo espiritual se forja desde la base, con humildad, constancia y compromiso. Su historia en este país hermana sirve como inspiración para fortalecer los valores de comunidad y servicio.