Panamá
El reconocido actor expresó su dolor por el abandono de colegas de la industria cinematográfica durante su mediático proceso judicial.
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Por: Juan Manuel Arias Montenegro
Creativo Digital
El actor estadounidense Johnny Depp ha roto su silencio sobre el complejo proceso judicial que lo enfrentó a su exesposa Amber Heard.
Un caso que no solo acaparó titulares a nivel mundial, sino que, según el propio Depp, marcó un antes y un después en su vida personal y profesional, enmarcado en un momento de ebullición social con el movimiento #MeToo.
"Fui como un conejillo de Indias para el #MeToo", afirmó el actor en entrevista para The Sunday Times, aludiendo a la singular posición en la que se encontró una estrella de Hollywood consagrada en medio de una de las disputas legales más mediáticas de la historia.
El conflicto entre Johnny Depp y Amber Heard se remonta a 2016, cuando la actriz solicitó el divorcio y lo acusó públicamente de maltrato.
La situación escaló rápidamente, atrayendo la atención de medios de comunicación en todo el mundo, razón por la que Depp explicó que la decisión de llevar el caso a los tribunales no fue impulsiva, sino una respuesta necesaria ante el nivel que había alcanzado la situación.
El detonante principal fue la publicación de un artículo de opinión firmado por Heard en The Washington Post y aunque el texto no mencionaba explícitamente a Depp, la actriz se describía como víctima de abuso doméstico, lo que el actor consideró una acusación directa y difamatoria que exigía una acción legal.
Antes de este proceso en Estados Unidos, Depp ya había emprendido acciones legales contra el periódico británico The Sun, que lo había calificado directamente como "maltratador de esposas".
El icónico actor, conocido por sus papeles en Piratas del Caribe y sus colaboraciones con Tim Burton, se vio forzado a exponer los detalles más íntimos de su vida ante la opinión pública y el sistema judicial.
"Todo el mundo me decía: '¡Ya se pasará!' Pero no puedo fiarme. ¿Qué desaparecerá? ¿La ficción extendida alrededor del puto globo? No, no desaparecerá, si no intento representar la verdad será como si realmente hubiera cometido los actos de los que se me acusa y mis hijos tendrán que vivir con ello", argumentó Depp, enfatizando la importancia de limpiar su nombre por el bien de su familia.
La presión mediática y social que rodeó el caso fue abrumadora, magnificada por el contexto del movimiento #MeToo, que había ganado una fuerza inmensa tras las denuncias contra el productor Harvey Weinstein.
Depp, al reflexionar sobre su experiencia, se siente un pionero involuntario en enfrentar acusaciones públicas en ese ambiente:
"Y, mira, entiendo a la gente que no podía dar la cara [por mí], porque lo que más miedo les daba era tomar la decisión correcta", expresó, subrayando que su caso se produjo "antes de Harvey Weinstein", por lo que fue en este contexto que se sintió "como un conejillo de Indias para el #MeToo".
El proceso judicial, a pesar de que el jurado falló a su favor, dejó una profunda huella en la imagen y la carrera de Johnny Depp.
La decepción ante la actitud de algunos de sus colegas en la industria cinematográfica es palpable en sus declaraciones:
"Dolió ver cómo me daban la espalda algunas de las personas con las que había trabajado en la industria cinematográfica", admitió.
Con franqueza, el actor se refirió a aquellos que lo traicionaron:
"Falsos hijos de puta que te mienten, te celebran, dicen todo tipo de horrores a tus espaldas y, sin embargo, se quedan con el dinero".
Incluso señaló a personas cercanas:
"Hay personas, y estoy pensando en tres, que me la jugaron, esas personas estaban en las fiestas de mis hijos, lanzándolos al aire".
A pesar de la magnitud del desafío, Depp reveló que la noche anterior al inicio del juicio no sintió nerviosismo:
"No se trataba de memorizar líneas, sino solo de decir la verdad".
Una convicción que mantuvo durante todo el proceso:
"Era consciente de que nada de aquello iba a ser fácil, pero estaba dispuesto a luchar hasta el puto amargo final", concluyó.